A continuación, te explicamos qué es el concurso de acreedores y cuál es su funcionamiento: pasos a dar, tipos de solicitud, documentación necesaria y otra información de interés sobre el concurso de acreedores y la liquidación de empresas.
¿Qué es el concurso de acreedores?
El concurso de acreedores es un procedimiento jurídico destinado a solucionar los problemas de insolvencia y falta de liquidez de los negocios. El procedimiento persigue que por una parte los acreedores puedan cobrar, y por otra, conseguir la continuidad del negocio y evitar la quiebra. Se puede aplicar tanto a una persona física como a una persona jurídica, tanto pymes como grandes empresas. La mayoría de concursos de acreedores solicitados en España son de empresas.
Se trata por tanto de un sistema que ayuda a las empresas o sociedades y profesionales en caso de insolvencia a articular un mecanismo ordenado de hacer frente a las deudas. Mediante la solicitud del concurso de acreedores, se pone el asunto en manos de un juez y se puede llegar a paralizar ejecuciones de deuda o a rebajar y aplazar el pago de la deuda con el Juzgado Mercantil.
¿Quién puede declararse en concurso de acreedores?
Contra la creencia popular, no solo las empresas pueden declararse en concurso. Este procedimiento también puede iniciarse respecto a particulares y herencias.
Sin embargo, la mayoría de los concursos se promueven por empresas. Por eso nos referiremos a lo largo del artículo a «la empresa» o «el empresario» como el sujeto del concurso, sin perjuicio de que pudiera ser un particular.
Puedes encontrar más información sobre el concurso de acreedores para personas físicas en nuestra guía sobre la Ley de 2ª Oportunidad.
¿Cuándo solicitar el concurso de acreedores?
La ley es explícita al referirse como insolvencia a la imposibilidad de seguir con las obligaciones crediticias de la empresa, estableciendo la diferencia con lo que puede ser un “bache temporal”.
La empresa tiene que pasar por verdaderas dificultades económicas que prevean su quiebra y que, para evitarla, pase por este proceso de saneamiento donde los acreedores verán satisfechas en mayor o menor medida sus deudas y la actividad de los trabajadores no se verá extinguida.
Así pues, se exige que el deudor padezca una situación de insolvencia que le imposibilite cumplir con sus obligaciones con regularidad. Esta situación comprende la que atraviesan muchas empresas que, incapaces de satisfacer sus deudas, acuden a los bancos para pedir préstamos con el fin de pagarlas.
Tipos de solicitud del concurso
Existen dos tipos de solicitud:
- Solicitud voluntaria: cuando es realizada por la persona física o la persona responsable de la sociedad en el caso de las empresas. En estos casos, el empresario individual o societario es quién, al tener conocimiento de la posible quiebra de la empresa o de una situación de insolvencia aún no declarada, tiene la obligación de presentar la solicitud del concurso en un plazo máximo de dos meses. Si se admite a trámite será un concurso voluntario. De no solicitarlo, se expone a responder personalmente con sus bienes privativos de las deudas de la sociedad o incluso de imputaciones penales ya que el juez puede pensar que la quiebra fue provocada para fines ilícitos.
- Solicitud forzosa: cuando el concurso de acreedores es fruto de un requerimiento de un acreedor o de alguno de los socios de la empresa, generalmente disconforme con la dirección. Un juez tramitará la solicitud de concurso de acreedores y decidirá si se aprueba o no.
¿Cuánto dura un concurso de acreedores?
El concurso de acreedores se inicia con el auto de admisión y concluye:
- Por revocación del mismo.
- Cuando se cumpla el convenio o se frustre por inexistencia de bienes y derechos.
- O cuando todos los acreedores renuncien a sus derechos.
Cabe señalar que la aparición de bienes en el plazo de cinco años desde la conclusión puede dar pie a una reapertura del concurso.
Dados los múltiples cauces que puede tomar cada procedimiento, su duración es tremendamente variable. Así, un concurso podría conducir a la aceptación del convenio anticipado en unos pocos meses. Luego solo habría que esperar al cumplimiento del mismo en los plazos pactados.
En principio una tramitación ágil permite llegar a la fase de resolución en poco menos de un año. Posteriormente habrá que esperar a la ejecución de la vía de resolución alcanzada (liquidación o convenio).