Lo primero que has de saber, que seguro que lo sabes, es que una deuda prescribe si no interrumpes el plazo. Si tienes alguna deuda prescrita, negocia con tu deudor.
Cuando una deuda prescribe, ha sido probablemente por una serie de descuidos muy atribuibles al acreedor.
Lo primero que has de hacer siempre es interrumpir el plazo de prescripción. Dicho de otro modo, conseguir que no prescriba ¿Cómo se consigue? Muy sencillo. Enviando un requerimiento fehaciente de pago.
Nosotros lo hacemos mediante requerimientos de pago certificados telemáticamente, pero también lo puedes hacer con burofax postal (que ha de recoger el deudor).
Cuando una deuda prescribe, el daño ha sido enorme, ya que:
- Deberás de dotar a pérdidas, que serán computadas como tal en el ejercicio fiscal que corresponda, disminuyendo el beneficio de tu empresa. Hay algunas empresas que dotan previamente.
- La pérdida, previamente, habrá originado un problema, más grande o más pequeño, en tu tesorería, al no contar con dicha entrada monetaria, afectando a la liquidez de tu empresa
- Pero también tiene una implicación en costes, ya que, si haces las cosas bien, deberás de tener en cuenta estas potenciales pérdidas a la hora de calcular tus costes unitarios. De esto ya hemos hablado en un artículo sobre la pérdida desconocida.
- Si además has de hacer proyecciones o presupuestos de empresa, deberás de contar con estas “contingencias” ya que de otra forma te estarás mintiendo, al no considerar tu empresa como menos eficiente.
Ya sabes, una deuda prescrita causa importantes daños en tu empresa. Puedes evitar que ocurre reclamando a tiempo. En otros artículos te hablamos sobre cuándo debes reclamar.