En una correcta gestión empresarial, debe existir un área de gestión de deudas. Este ámbito es fundamental para hacer que el éxito en la empresa sea notable, con un gran volumen de impagos, será difícil lograr objetivos. Aunque aumentar ventas y mejorar la rentabilidad es vital para una empresa, aprender a gestionar estos impagos es imprescindible para la salud financiera.
En la gestión de deudas se comprende el proceso de control y supervisión de impagos para así, gestionarlos y cobrarlos. Para evitar que los impagos crezcan considerablemente es importante establecer políticas claras de crédito, llevar a cabo una comunicación continua con el cliente y un seguimiento de cada impago.
Este proceso consta de varias fases, la primera es la evaluación de la solvencia del cliente cuando sea posible. Esto puede hacerse explorando sus métodos de pago en otras empresas o posibles deudas. Tras la emisión de facturas debemos hacer un seguimiento de los pagos acordados para evitar retrasos o impagos. Si no hemos podido evitar sufrir impagos con estas medidas preventivas, es conveniente gestionar estos impagos con especialistas en cobro de deudas. Dejando así, tiempo para dedicarse a tareas fundamentales de la empresa y dejando en manos de profesionales la gestión y cobro de impagos. En esencia, se trata de un ciclo continuo de monitoreo y acción para garantizar que las cuentas por cobrar se mantengan en niveles manejables y que el flujo de caja de la empresa no se vea afectado negativamente.
Beneficios de mantener una correcta gestión de deudas
Un control eficiente sobre las deudas pendientes no solo es un mecanismo para mantener la salud financiera de la empresa en orden, sino que también ofrece una serie de beneficios clave:
Flujo de caja en continua mejora
Para que una empresa funcione correctamente es imprescindible que el flujo de caja sea positivo.
Un sistema adecuado de gestión de deudas asegura que los pagos se reciban a tiempo, permitiendo que la empresa cuente con liquidez suficiente para cubrir sus costos operativos, pagar a proveedores y reinvertir en su crecimiento. Cuando esta gestión no se lleva a cabo correctamente, la empresa corre el riesgo de perder liquidez y no poder hacer frente a sus gastos.
Reducción del riesgo de pérdidas por deudas difíciles de cobrar
En muchos casos, existen deudas que son muy difíciles de cobrar y nos arriesgamos a perder este porcentaje de flujo de la empresa. Sin embargo, implementar una correcta gestión de deudas puede minimizar y mejorar esta situación. Aquí encontramos diferentes posibilidades como la implementación de procesos de seguimiento y utilización de especialistas en cobro de deudas para solucionar estos problemas de impagos.
Fortalecimiento de las relaciones con los clientes
Mantener una comunicación constante y empática con el cliente sobre los términos de pago ayudará a mantener una relación positiva con los clientes. Ser proactivo en la gestión de deudas es muy importante para generar confianza y profesionalidad con los clientes.
Previsión financiera y planificación empresarial
Evitar llevar la empresa al día sin poder establecer objetivos a corto-medio plazo por culpa de los impagos, es fundamental para el crecimiento de esta. Un control adecuado de los impagos hace que las empresas puedan establecer una proyección de futuro medible y alcanzable, esto les permite tomar decisiones más informadas sobre inversiones, contrataciones y otros gastos importantes.
Riesgos de omitir la gestión de deudas en tu empresa
Muchas empresas no establecen en el orden de prioridades la gestión de impagos, esto desemboca en problemas financieros y de desgaste que afectan directamente a la operatividad y sostenibilidad económica.
Problemas financieros
El resultado de no hacer frente a los impagos en la empresa es la falta o pérdida de efectivo. Esto provoca dificultades para pagar las propias obligaciones como el pago de salarios, proveedores o distintos gastos operativos. Puede desencadenar en la necesidad de préstamos o líneas de crédito que afecten a la rentabilidad y aumente el endeudamiento de la propia empresa.
Deterioro de las relaciones comerciales
La mala comunicación o falta de seguimiento de cobros que se convierten en impagos genera tensiones con los clientes deudores. Es necesario mantenerlos informados adecuadamente sobre los pagos pendiente para evitar el deterioro de la confianza y seriedad en las relaciones comerciales llegando a la pérdida de negocios futuros.
Consecuencias personales y profesionales
En algunos casos, estos impagos llevan a la empresa a la quiebra afectando directamente al empresario y su situación económica personal. Dejar que el tiempo pase y agrave esta situación es contraproducente en la correcta gestión de los impagos. Esta situación puede llevar a la empresa a reducir sus operaciones, despedir empleados o, en el peor de los casos, cerrar sus puertas.
El manejo de la morosidad es una actividad fundamental en cualquier empresa independientemente de su tamaño. Ayuda a mejorar el flujo de caja y reducir las pérdidas fortaleciendo la planificación financiera y la reputación de la empresa. Por el contrario, no gestionar bien las deudas puede tener consecuencias graves, desde problemas de liquidez hasta el cierre del negocio.
Este ámbito es una pieza fundamental para el éxito a largo plazo. Si tu negocio aún no cuenta con un proceso sólido para gestionar las cuentas por cobrar, es hora de implementar uno, o incluso considerar la posibilidad de externalizar esta tarea a profesionales especializados en recuperación de deudas.
