Identificar a un inquilino moroso no es tarea fácil y, por desgracia, es algo cada vez más común. Por norma general, los inquilinos morosos suelen pagar los primeros meses de forma puntual, pero llega un momento en el que los pagos dejan de llegar, y saltan las alertas. Antes de que llegue ese momento, es mejor que aprendas cómo detectar que un inquilino es potencialmente moroso.
A continuación, te voy a dar una serie de consejos para descubrirlos y evitar tener que acudir al cobro de morosos.
1. ¿Cómo detectar un inquilino potencialmente moroso?
Siempre es mejor prevenir que curar, y aunque la morosidad dentro de los alquileres es algo cada vez más habitual, si tienes cuidado a la hora de arrendar tu inmueble podrás evitar males futuros. Hay una serie de comportamientos habituales y repetitivos entre aquellos profesionales del impago que se camuflan entre las visitas de los inquilinos y que encontrarás en este post.
El posible inquilino es el rey de las excusas
Es recomendable que antes de escoger a un inquilino solicites una serie de documentación que te ayude a conocer un poco su perfil: documentación identificativa, nóminas, contrato de trabajo, contacto e incluso recomendaciones de otros propietarios en el caso de haber vivido de alquiler en casos anteriores.
Si te encuentras ante un inquilino moroso intentará darte largas de cara a presentar cualquier tipo de información suya al respecto y, en el caso de lograrlo, siempre observarás que le falta algún documento que prometerá entregarte más adelante.
Prefiere pagar dinero por adelantado
A la hora de formalizar un alquiler siempre debes informar al inquilino de la cuantía mensual y las condiciones generales del alquiler, esto es, la fianza legal, si se va a solicitar alguna garantía adicional y, por supuesto, de la duración del contrato. Lo común en estos casos es que el inquilino respete las condiciones del arrendador. No obstante, cuando te encuentras ante un inquilino moroso, observarás como este intenta cambiar alguna de las condiciones o incluso, con el afán de mostrar su falsa solvencia, sugiere pagar por adelantado más de una mensualidad.
Ante este tipo de comportamientos, siempre debes desconfiar. Cuando vas a cerrar un acuerdo de alquiler el inquilino deberá siempre aportar la cuantía correspondiente a la fianza, lo pactado en caso de garantía adicional y el mes de renta en vigor. El abono de tres, cuatro o más rentas por adelantado, te puede hacer sospechar que quizás nunca más vaya a volver a abonar el alquiler de la vivienda.
Insiste en evitar la intervención de profesionales
Si tu candidato a inquilino te sugiere formalizar el alquiler evitando a terceros y así ahorrarse la comisión de la agencia ¡sospecha! El inquilino moroso siempre esquiva al agente inmobiliario, pues este conoce bien sus actuaciones y lo ficha a la primera. Para eso es un profesional del sector.
Te recomiendo contar con un buen asesoramiento profesional, que te ayude a fijar el precio de la renta, pero también a escoger al inquilino perfecto y formalizar el contrato de alquiler.
Asegúrate de su solvencia
Una vía interesante para conocer los antecedentes arrendaticios de un inquilino es solicitar como propietario un certificado de solvencia FIM, esto es un informe que elabora la compañía Fichero de Morosos, por el que se conoce si existe algún caso de impago anterior en el historial del arrendatario.
Solicitar este documento te garantizará conocer que el inquilino no ha dejado a pagar rentas o facturas de suministros a otro casero anterior, y en caso contrario te ayudará a decidir, conociendo sus antecedentes, si quieres o no alquilarle el inmueble.
El posible inquilino evita contratos por escrito
Esto es tremendamente básico. Ya sabrás que las palabras se las lleva el viento, por eso es muy importante hacer contratos por escrito donde todo quede reflejado y claro. Un inquilino moroso profesional te engatusará e intentará que cuanto menos quede reflejado en papel mejor, y tratará de esquivar todo lo relacionado con lo que dice la ley.
2. Qué hacer si compruebo que mi inquilino es moroso
Si a pesar de tomar todas estas precauciones, tu inquilino resulta ser moroso profesional, o bien se encuentra en la situación de no poder pagar porque ha sufrido la pérdida de su empleo u otros motivos inesperados, no te queda más remedio que actuar cuanto antes.
Desde el primer mes de impago, si se ve que no hay voluntad de pagar o que no se da ninguna respuesta, es conveniente ponerse en manos de profesionales para comenzar el proceso legal.
Piensa que los juzgados, en su mayoría, trabajan despacio, por lo que cuanto antes empieces, mejor. Aproximadamente, en el plazo de cuatro o cinco meses, el procedimiento de desahucio estará finalizado.
En lo que respecta a la cantidad que se pueda recuperar o no, dependerá de varios factores. Como he dicho antes, cuanto antes comiences a reclamar, más probabilidades de éxito tendrás. Además, los morosos profesionales no son tontos, y no suelen tener patrimonio para poder embargar. De todas formas, mediante el desahucio, la vivienda quedará libre para que otro inquilino la pueda habitar y podrás ir recuperándote económicamente.